La gran mayoría de las veces que salimos sin darnos cuenta nos propenemos pasarla bien si tener en cuenta en las cosas menores. Entre ellas está la cuestión del cambio: al comprar cosas, de distinta índole y en diferentes lugares, tendemos a no dar lugar principal a las monedas. Sin embargo, cuando regresamos a casa notamos que lo que en un principio fue un estorbo luego se transformó en dinero contante y sonante.
Una buena técnica es intentar ahorrar ese dinero, por dos cuestiones fundamentales: primero porque a la larga nos daremos cuenta que se puede utilizar para muchas cosas productivas, como todo dinero ahorrado. Pero también por la psicología que ello conlleva: ahorrar dinero que no tenemos en cuenta nos sirve para concientizarnos de que el atesorar plata es lo que nos permitirá darnos, en el futuro, los gustos que queremos.